Descripción
Preocupado por la génesis y la gestión del hecho poético, ese enigma que López Azorín convierte en «asunto personal», en Ni ya tengo otro oficio indaga y escarba en sus experiencias lectoras y escribidoras buscando razón y camino, vías que conduzcan al amor, porque solo el amor al amor y a la palabra justifica el oficio del poeta. Nada nuevo. Si dijo el de Yepes «ni ya tengo otro oficio / que ya sólo en amar es mi ejercicio», en comunión con él, Manuel lo convierte en título como seña y senda cómplice para el lector.
Atento a la forma con que el poema se muestra, López Azorín da fe de su compromiso con los metros y la música de los grandes maestros, a los que acude para esta confesión de amor a lo que siempre ha sido y es su fe de vida: la poesía.




