Francisco García Marquina (Madrid–Guadalajara, 1937–2022), fue madrileño de nación y alcarreño de vocación intensa. Biólogo, amante del mundo rural y sus libertades, tras leer El viaje a la Alcarria, en los primeros años 70 dejó Madrid y la docencia para instalarse en el molino de Caspueñas, donde se dedicó a escribir y criar truchas.
De él extraemos y ofrecemos este jugoso y sagaz autorretrato:
De mi paso fugaz